Originales, veganos… Complementos hechos a mano con cariño

Cría perros ¡y te lamerán los morros!

Lo reconozco, los lametones de Lola no eran de mi predilección. De pequeña, ella no era excesivamente besucona, pero tampoco lo era menos que la mayoría de los perros. Pero el tiempo pasa, el cariño crece… Y todo esto sumado a una buena limpieza dental han hecho que ahora me sienta feliz con los extensos y muy concienzudos besos que Lola me brinda.

Como todos los humanos de perros, asocio los besos de mi chiquilla con el amor que me tiene, pero no deja de intrigarme ver que, en ocasiones, interrumpe su profundo sueño para lamer su cama un rato antes de continuar durmiendo plácidamente. Supongo que son cosas de perros.

Los que no tienen la fortuna de convivir con una mascota, miran con horror que nuestros animalitos recorran nuestra cara con sus lenguas y que intenten hacer lo mismo con ellos. Para estas personas y para los que sí nos dejamos besar, no sólo por nuestros perros, sino por cualquier otro que nos encontremos por la calle, van estas consideraciones acerca de lo que significan los besos caninos y sus beneficios.

De perro a perro

A diferencia que para las personas, la vista no es el sentido más importante de los perros. El olfato, y luego el gusto, les permite captar importantes datos acerca del lugar y los seres que les rodean. Cuando un perro lame a otro, le puede indicar si hay comida cerca. De hecho, muchas veces he visto a Lola lamer el morro de otros perros después de un buen reparto de galletas… para ella las migas en la boca de otro perro son un motivo excelente para un buen beso canino.

Puede que por lo anterior y porque los cachorros lamen la cara de sus madres para pedir alimento, es que se ha generalizado la teoría de que los perros también nos besan cuando tienen hambre. Eso Lola no lo hace, cuando quiere comer se va silenciosamente a la cocina, donde permanece el tiempo que sea necesario, hasta que le lleno su cuenco.

Dentro de una manada, cuando un perro lame a otro es una señal de que le acepta o de que respeta su autoridad dentro del grupo.

Los lametones también pueden aliviar su ansiedad, supongo que es un gesto similar a los que tenemos muchas personas cuando estamos nerviosas. Pero, como todo en exceso es malo, si ves que tu perro se lame excesivamente alguna parte de su cuerpo, como las patas por ejemplo, consulta con tu veterinario. Si el pelaje se tiñe de un tono rojizo o si aparecen calvas, puede significar que tu perro está más ansioso de lo normal.

Bésameee… Bésame muuuchoo

Los besos de los perros a sus dueños no sólo son señales claras del cariño que nos tienen, sino del respeto y aceptación de la autoridad que tenemos dentro de su familia, o ‘manada’ en el lenguaje canino.

Sin embargo, no dejemos de lado que los perros tienen tendencia a preferir los sabores salados a los dulces (por suerte, porque los azúcares tienen efectos muy perjudiciales en su salud), lo que puede explicar que sean especialmente ‘besucones’ cuando estamos sudados. Si tu perro busca lamerte cuando te aplicas crema corporal, no te preocupes, a todos les gusta su sabor, no sé bien por qué. Lola incluso reconoce el sonido del tapón del bote de crema cuando lo abro y viene enseguida cuando lo escucha, aunque estuviese dormida.

Además, el sabor de cada persona es diferente, y lamernos les permite a los perros obtener importante información acerca de nuestra composición química, nuestro estado de salud y anímico. Así al llegar a casa, a través de un beso, nuestro can puede saber si hemos tenido un día bueno o malo en la oficina. Varios estudios afirman que los perros son capaces de sintonizar con nuestra alegría o tristeza a través de los besos que nos regalan.

Pero el asunto de los besos perrunos no acaba aquí. La antropóloga Kim Kelly, de la Universidad de Arizona, sostiene la hipótesis de que los microbios presentes en el sistema digestivo de los perros pueden influir positivamente en nuestra flora bacteriana.

Al parecer, han sido excesivos los avances que ha realizado la medicina en la eliminación de las bacterias responsables de muchas enfermedades, lo que ha incrementado el auge de las enfermedades autoinmunes, como las alergias o el asma, porque el sistema inmune de los humanos se confunde en su labor de atacar a las bacterias patógenas perjudiciales, y se va también en contra del cuerpo mismo.

A esto han contribuido el uso excesivo de antibióticos, los cambios en la dieta, el culto exagerado por la higiene y el contacto poco frecuente con la naturaleza. Aunque a muchos nos haga gracia, es en estos dos puntos en donde tener un perro en casa ayuda a mejorar nuestra flora intestinal. En mi caso, gracias a Lola mi adicción por la limpieza se ha reducido a niveles alarmantes y ha aumentado mi interés por pasar más tiempo al aire libre y por realizar paseos por el campo y regocijarme al verla tan feliz, remojándose en cualquier corriente de agua que encuentra a su paso.

De hecho, estos estudios demuestran que la composición de los microorganismos que conviven normalmente en el cuerpo de los dueños de perros es diferente y más variada que la del resto de las personas.

Para confirmarlo, los investigadores de la Universidad de Arizona están reuniendo a hombres y mujeres con edades comprendidas entre los 50 y los 60 años que no hayan convivido con perros en más de seis meses. Los seleccionados compartirán su rutina diaria con un perro durante más de tres meses para analizar los cambios producidos en su flora bacteriana, su dieta, su actividad física y sus funciones autoinmunes.

Estoy segura de que los resultados que se obtengan nos harán valorar aún más, si cabe, los besos que nos dan nuestros perros. Y seguramente demostrarán que las personas participantes habrán ganado en autoestima, bienestar y buen humor.

Fin