19,34 h. Apago el ordenador y salgo a toda prisa de la oficina en dirección a la mercería. Quiero dedicar el fin de semana a terminar varios de los nuevos productos de Kucoo y debo asegurarme de tener todos los materiales para no salir de casa para nada. Camino a toda prisa. Mi mercería preferida, El 9, siempre está muy concurrida y cierra a las 20,00 h.
Voy por Vara de Rey y, en la esquina con Calvo Sotelo, veo a dos chicos que colocan unos palets pequeños junto al contenedor… Se me acelera el corazón… Palets… Pequeños… Me los podría llevar… La mercería, que cierra…Si los cojo y les pido a las chicas de la mercería que me los guarden hasta que venga con el coche a por ellos… La mercería es muy pequeña… Si los cojo y los dejo en la oficina y luego vengo a por ellos en el coche luego… La mercería… Cierra… Me fijo en la ropa de los chicos, parece que trabajan en ese restaurante tan de moda que han abierto frente al Espolón y que no conozco… Los palets son pijos… Los quiero….
Respiro, respiro, suspiro… Prioridades… Primero a la mercería, si a la vuelta siguen allí, me llevo uno. Encuentro lo que busco, ideal… Tic, tac, mi reloj mental corre de prisa. Pido, pago, me despido de las chicas y me encamino hacia Vara de Rey, hacia la esquina, hacia los palets, convencida de que alguien más rápido que yo ya se los ha llevado…
Mi corazón se acelera nuevamente, allí están, me acerco, tienen un buen tamaño y están en buen estado, me cargo con tres… Comienzo a caminar con ellos y la adrenalina a mil, no pesan demasiado, pero es incómodo llevarlos, la gente se atraviesa, me duelen las manos, se me desliza el bolso, hago varias paradas, pero no me rindo… A pesar del frío siento calor. Comienzo a sudar.
Mientras tanto, voy pensando en la enorme suerte que he tenido de pasar por allí justo en ese momento, podría haberme ido por la peatonal ¡pero no! Elegí Vara de Rey… Llego a la oficina y los llevo a mi despacho y los apoyo con cuidado… Son ¡mi tesorooooo!
Ya sé que voy a hacer con ellos… ¡Tres mesas para mi huerto urbano! Con patas, ruedas y toda la pesca. Lo tengo todo en la cabeza.
Plantaré más remolachas, puerros, cebollas, judías -a Lola le encantan-… ¿más fresas? ¿Brocoli? ¿Zanahorias?